Primero la técnica, después lo demás

 

por Gelos Giles (México)


La lectura en la escuela

Hoy en día la mayoría de maestros, sobre todo de educación básica, están muy preocupados porque sus alumnos lean. Sueñan con tener niños lectores, niños que no salgan de sus bibliotecas, niños que se beban los libros unos tras otros, niños que siempre tragan libros bajo el brazo, y consideran que con esto ellos han logrado un gran avance en el desarrollo de sus alumnos. Pero desgraciadamente no es así: ni los niños leen como los maestros quisieran, ni los maestros motivan a los niños para que lean como quieren que lean y en la cantidad que quieren que lean, porque ni los mismos maestros tienen tiempo de leer. Sobre todo pensemos que en ocasiones (por ser un poco educada) los mismos maestros son los culpables de que los niños odien los libros. Reflexionemos, por ejemplo, sobre las extenuantes tareas de análisis literarios. Los maestros les dan libros a los niños o a los adolescentes para que los lean en pocos días, cuando ni siquiera los maestros han terminado de leerlos, o nunca los han leído. La apuración de terminar el programa de educación, la falta de tiempo para ofrecer mínimamente una lectura con intención, con alegría. Y no lo hacen por el temor al qué dirán, por temor al ridículo. Por otro lado, no prestan los hermosos libros de la biblioteca escolar por miedo a que los niños los rompan o los pierdan. O lo más común, la apatía del mismo maestro, la indiferencia hacia los cuentos o la historia misma.

No digo esto nada más por decirlo. Es verdad . Al menos esto es lo que pasa en México, en escuelas del gobierno y en escuelas particulares. Yo visito muchísimas escuelas en la ciudad donde vivo, y la inquietud es la misma. Debo confesar que yo misma he ayudado a mis hijas, a sus compañeros, o a vecinos, a sacar tremendos análisis literarios de libros bastante gordos, y a veces con lenguaje antiguo. A mí me ha ayudado, pero el propósito no era que yo me sacara un diez por dicho análisis. Y luego, como buena narradora, inmediatamente paso el texto a la imaginación. Pienso en el trabajo engargolado de los muchachos, con 200 hojas, por 35 alumnos, es decir el maestro tendrá que revisar 35 trabajos, tendrá que leer aproximadamente 7000 hojas de un solo salón. Si a esto lo multiplicamos por 2 turnos, ¡uf! ¿Cómo logra revisar tantísimos trabajos? Pero bueno, pasemos a otro tema.

Actualmente hay programas que el gobierno ha creado, pensando en esta preocupación. Hacen propagandas costosas para motivar a la gente para que le gusten los libros, y lo concluyen con una sola frase en espectaculares enormes. Se han abierto muchísimas bibliotecas para que la gente asista a ellas, y se han preocupado para que su personal esté capacitado en todos los aspectos, y uno de estos aspectos es que sus bibliotecarios puedan contar cuentos para hacer más amena la hora del cuento, y por supuesto que esto ha atraído a los maestros y a los padres.

¿Pero cómo lograr que gente que ni siquiera quiere hablar con una persona logre contar cuentos a una multitud de niños que llegan a escucharle junto con sus maestros? O ¿Cómo ayudar al maestro para que logre sus objetivos en cuanto a que sus alumnos lean por el placer de leer?

Usando la técnica. Y con esto abrimos este tema, porque --la técnica lo salva todo--. Yo les comento a maestros y bibliotecarios: ustedes sigan la técnica y luego poco a poco encontrarán su propio estilo. Siempre les pongo un ejemplo: Recuerden que Picasso, para poder desdibujar, primero aprendió a dibujar muy bien. Cuenten los cuentos aunque se vean un poco cuadrados, y poco a poco ustedes podrán contar con mayor fluidez. Apóyense en algo para sentirse seguros, (por eso es que a veces usan ayudas visuales, para que después puedan contar sin estas ayudas, esto es solo para darles confianza) .

El manual de narración oral escénica --El arte de narrar en el aula-- ha sido creado con el único objetivo de ayudar al maestro, al bibliotecario, o a las personas que quieren narrar, con o sin experiencia; porque cuando abrazamos la técnica, cuando la ponemos a prueba, cuando tenemos conocimiento de causa sobre lo que estamos haciendo y estudiando, nos sentiremos más seguros y arrancaremos a narrar.

A continuación compartiré algunos puntos que enseñamos en los talleres, sobre la manera cómo estudiamos el cuento, sobre la manera de desenvolvernos ante el público. Compartiremos los ganchos más importantes sobre cómo mantener entretenido a nuestro público.

Primero me referiré a algo que les comento a los maestros sobre los beneficios de contar cuentos:

Primero analizaremos por medio de los sinónimos la palabra --constancia--. Sinónimo = Perseverancia, tenacidad, persistencia, empeño, tesón, firmeza, paciencia, entereza, etc.

"La constancia es el complemento indispensable de todas las demás virtudes humanas."

Giuseppe Mazzini, político italiano (1805-1872).

 

Beneficios de la narración

La constancia nos hace ser disciplinados, nos entrena a algo para hacerlo cada vez mejor. Por eso nos referiremos mucho a esta amplísima palabra, porque la constancia nos hace ser mejores.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, lograrás que los niños adquieran la capacidad de escuchar, y tus instrucciones serán más escuchadas y ejecutadas. Contarles cuentos a los niños constantemente los acostumbra a escuchar, a captar y a pensar.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, lograrás hacer que desarrollen paciencia y tolerancia.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente , lograrás que los niños recreen su imaginación, y esto hace que maduren.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, simplemente lograrás que los niños se relajen aunque sea unos 10 minutos.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, lograrás que los niños se identifiquen con el héroe, y así desarrollarás en los niños valores hacia los seres humanos, los animales y el universo, sin didactizar, sin obligar, sin exigir, sin tanto rollo.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, lograrás que los niños se empiecen a identificar con algún autor, y empezarán incluso a tener sus propias preferencias de lectura.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, los acercas a la literatura de una manera muy novedosa sin necesidad de dejar tareas exhaustas, tediosas, aburridas y difíciles. Quiero decir que nunca recomiendes un libro que no has contado, si leíste bien, contado.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, ellos diferenciaran al maestro que enseña, del narrador apasionado y divertido, y tendrán un balance en cuanto a la relación alumno maestro. En pocas palabras, contarles cuentos a los niños hacen que se acerquen más a ti.

•  Si cuentas cuentos constantemente a los niños, ellos adquirirán disciplina, conciencia, y aprenderán lo bello del lenguaje.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, ellos aprenderán a resolver problemas, tratarán de resolver situaciones o circunstancias como lo haría el protagonista del cuento, porque esta es la base de la inteligencia.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, empezarás a sembrarles a los niños un espíritu más apacible, amable, afable y consiente.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, ellos querrán imitarte y ellos solos empezarán a abrir los libros, por lo tanto se harán más audaces, más seguros y manejarán mejor su voz, su mirada y su aplomo.

•  Si cuentas cuentos a los niños constantemente, siempre te recordarán como la maestra o maestro que les contaba cuentos.

 

Sobre la elección del cuento

En las escuelas existe una gama de cuentos preciosos, y que están catalogados por edades. Los libros de texto tienen historias divertidas, bonitas, con ilustraciones muy bellas. Sin descartar a las editoriales que venden libros muy caros, y otras que son económicas. Hay mucho material para escoger, podemos buscar libros que tengan historias hermosas en las bibliotecas, en las ferias de libro. En fin esto es lo que nos encontramos, gran cantidad de material , y esto es básico, así que para poder contar cuentos, debemos elegir. Tenemos que leer mucho, tenemos que ir descartando autores que no nos gustan, y elegir por ende lo que sí nos gustan, elegir los que nos apasionan; y en base a esto, compartirlos con los niños. Yo creo que no hay otro consejo mejor que éste para poder elegir un cuento para contarlo.

 

¿Cómo estudiarlo?

Una vez elegido el cuento, tenemos que leerlo, no una vez, sino varias veces, y de diferente manera. Este es uno de los ejercicios que hacemos para poder captar toda la cadena de sucesos en el cuento (La meta es lograr captar todo el cuento en tan solo 4 horas de taller). Recomendamos que le saquen copia al cuento por estudiar, para que se pueda subrayar.

1ª lectura .- De un jalón en base al cuento seleccionado.

2ª lectura .- Escribir en orden de importancia los protagonistas.

3ª lectura.- Escribir en orden de importancia los lugares del cuento.

4ª lectura.- El cuento no se aprende de memoria, sin embargo hay cosas que sí debemos aprendernos de memoria.Por ejemplo, algunas fechas que nombren los cuentos, los lugares, los nombres de los personajes, el título, de dónde es el cuento y el autor, aunque esto no lo mencionemos cuando empecemos a contarlo, es para enriquecer el conocimiento del narrador.

5ª lectura.- Subrayar la frase de entrada, y la frase de salida, así como el conflicto del cuento (aunque no necesariamente tenemos que decir esas frases, podemos crear otras nosotros).

6ª lectura .- Escribir en orden los lugares donde los personajes aparecen. Un ejemplo sería el orden de Caperucita Roja. Por ejemplo: 1ª. Mamá y Caperucita se encuentran en la casa . 2º. Caperucita sale al bosque , se distrae con los animalitos y las flores, y se encuentra al lobo. 3º. Hacen la carrera por el camino . 4ª. El lobo llega a la casa de la abuela . 5ª. Caperucita llega a la casa de la abuela y se encuentra con el lobo disfrazado metido en la cama de la abuela . 5º. Llega el cazador a la casa de la abuela y mata al lobo. Este orden de oraciones nos lleva a las escenas, o a los cuadros que posteriormente dibujaremos y que nos permite detener mejor las acciones de los personajes.

7ª lectura.- Escribir el cuento sintetizándolo lo más que se pueda, pero sin revisar el texto original. Al terminar la escritura hacer la comparación con el texto original. Esta parte es divertida, porque nos permite ver qué nos falta, qué decimos de más o de menos. Nos permite saber si recordamos los nombres, los lugares, las acciones.

8ª lectura.- Subrayar en el texto los dialogantes, y con otro color lo que el narrador dice, a modo que cuando leamos el cuento nuevamente, juguemos con las voces de fantasía, diferenciando la voz del narrador a los dialogantes. Tal vez algunos no estén de acuerdo con esto, pero hacer diferentes voces, así como gestos, y marcar una personalidad física y verbal a cada personaje, hace muy divertida la narración de cuentos, sobre todo cuando se cuenta con niños, no tanto para adultos. Así que esforcémonos en este ejercicio, verá que usted se divertirá, pero más los niños, y en el entrenamiento de la lectura con dialogantes también podrá hacer más divertidas las lecturas en voz alta ( veamos más abajo el cuadro de características físicas de la voz, dado por la compañía de Ceuvoz en el Distrito federal ).

9ª lectura.- Una vez subrayado todo lo anterior, dar lectura en voz alta, a solas, diciendo claramente todas las palabras, respetando las comas, los signos, los acentos. Y cuando lea la --voz-- del narrador, recuerde que esa es su voz. Cuando llegue a la voz de los dialogantes, tratar de diferenciarla ya sea con el gesto, con la voz, o con la postura. Si podemos dar una lectura con intención, será fácil narrar con intención. Si lo hacemos varias veces, cuando narremos, se nos hará fácil recordar todo lo que hacen los personajes.

10ª lectura.- Dividir el cuento por cuadros, y dibujar las escenas del cuento. Posteriormente contarlo con estos cuadros dibujados en borrador, haciendo los cambios de voz. Una vez dibujados, pasarlos a dibujos un poco más grandes, con más color, más definidos. Esforcémonos en hacerlos muy hermosos, más o menos del tamaño de media cartulina, para que las imágenes las puedan ver un grupo de 30 niños, y practicar con estas imágenes hasta que nos salga el cuento. En los ensayos podemos ver las imágenes. Si usamos estos dibujos para contar el cuento con los niños, ya no es válido que veamos las imágenes, debe contarse como cuando se cuenta usando un libro.

11ª lectura.- A estas alturas tenemos que buscar a alguien que nos quiera escuchar para que le contemos el cuento. En otras ocasiones podrás platicar el cuento, no contarlo. O enfrente de un espejo. Y con estos adelantos electrónicos, podremos grabarnos para auto dirigirnos. Es válido que captemos al público para ver que tanto estamos inyectando interés en los oyentes, y después corregir y volver a grabar hasta que nos salga bien. Tal vez piensen que esto es tedioso, pero un apasionado al respecto sí lo haría.

12ª lectura.- Ahora practica en frente de los niños. Para mantener su atención hay varias formas de atraparlos, las cuales yo les llamo ganchos . Ganchos que atrapen la atención de los niños. Aquí sugerimos algunas formas. Y por supuesto sugerimos algunas cosas más. Cómete la carne y tira los huesos, pero si quieres comerte todo, puedes hacerlo.

 

Antes de entrar a la escena y en escena

1. Primero hay que preparar a nuestro público. Por ejemplo, en caso de tener una biblioteca, avisar que se contará un cuento, poner una hora, un día, poner un cartel afuera de la biblioteca, volantear, qué sé yo. Dense su importancia, hagan importantes sus participaciones. Recuerden que la expectación siempre crea curiosidad. Hay que crear una atmosfera, hay que avisarle a la gente lo que vamos a hacer. En el caso del aula en las escuelas, hay que preparar a los niños, avisándoles que va a ver algo interesante la próxima semana o durante la semana. Por ejemplo, todos los lunes, o todos los martes, no sé, tú organízate, pero hay que ser constantes con este día y con esa hora. Cuando trabajamos para ferias importantes, o para festivales relacionados con el tema de la narración, tenemos derecho a pedir nuestras necesidades técnicas.

2. Una vez puesto el día y la hora ( esto es importantísimo, no interesa que cuentes un cuento por semana o cada 2 semanas, lo importante es que intentes contar cuentos con tus alumnos o con tu público en bibliotecas), prepara tu espacio escénico, pon las bancas o mesabancos de una manera diferente, recrea un ambiente distinto al que comúnmente ven los niños. Una vez creado tu espacio escénico, ponte algo diferente. No te disfraces, algo que distinga al narrador que llevas dentro. S ugerimos un chaleco, una blusa de colores que sean escénicos. Sugerimos negro, blanco, verde botella, azul marino, guinda. Sugerimos los colores parecidos a los telones de los teatros. Que tu vestimenta sea cómoda, que no se noten las curvas en tu cuerpo en dado caso de ser mujer. Sugerimos escotes discretos. Sugerimos un peinado cómodo, el cual no te esté estorbando para que no tengas que pasarte la mano a cada momento por la cara. Sugerimos aretes discretos. Sugerimos un maquillaje agradable y discreto. Sugerimos que salgas peinada o peinado. Si eres hombre y tienes barba, sugerimos una barba arreglada, o sin barba, y sugerimos que no te pongas gafas o lentes, ya que no te permite hace gestos ). Tratemos dar una apariencia agradable a los niños. Finalmente esperan algo de ti, y también van a pagar por verte, si te dedicas a esto.

3. Una vez que ya tienes lo anterior, debemos esperar al público: Es obvio que nos veremos en un escenario. Ahora, para poder controlar a los niños que son muy inquietos, sugerimos que el día que cuentes cuentos tengas una asistente, como por ejemplo alguna madre de familia, o una practicante que los esté controlando mientras cuentas tu cuento, porque una vez que empiezas ya no debes detenerte, (prohibido decirles a los niños: "¡shh cállate, que te estoy contando un cuento!") puesto que en ese momento eres el narrador, no el maestro que siempre está moralizando a los niños. Contar cuentos a los niños en su aula es más sencillo que enfrentarse a un público que no conoces, ya que en tu aula tienes todo el control. Por ejemplo, puedes pedirles a los niños que dejen todo lo que traigan en sus manitas, o que si quieren ir al baño vayan para que ya no se paren una vez iniciado el cuento. Y recuerda que no tiene que durar mucho tu cuento, más o menos unos 10 a 15 minutos es suficiente. Si los niños te piden más, diles que les la próxima semana les contaras otro, y los dejas picados.

4. Una vez que ya tengan el público bien controlado, hay que entrar al escenario, parándonos en el centro del escenario, en la primera posición del narrador : Parada frente a ellos en el centro del escenario, con las manos relajadas, con las piernas semi abiertas y con los hombros relajados lanzando la mirada a todo el público. Recuerda que un narrador nervioso proyecta a su público nerviosismo. Más adelante podremos hablar sobre cómo usar el libro con ilustraciones que se hizo. Así iniciamos, es la primera presencia, la primera imagen, es la primera impresión ante tu público.

5. Arrancamos el cuento con la frase de entrada. Yo lo llamo el disparo, o impulso . Tomamos respiración profunda y lanzando las primeras palabras del cuento. En este caso es la frase de entrada, la mágica frase de entrada que es el primer gancho . Cuando decimos las primeras palabras, damos una entonación diferente al título del cuento, lanzando la mirada a todos los niños. A esto yo lo llamo lanzar la flecha , y al mismo tiempo con una sonrisa tranquila y segura, dándoles confianza a los niños o al público, a esto yo le llamo dulcificar el rostro . No es necesario decir siempre el titulo del cuento, podemos arrancar el cuento con la frase de entrada. Por ejemplo, el ¡Había una vez! (Debe entonarse diferente, este tiene que ser con mayor fuerza). Y debe diferenciarse de-- Un rey muy bueno -- (aquí la cadencia disminuirá junto con el volumen, después iremos dándole variaciones dependiendo lo que vaya diciendo el narrador o los dialogantes. Yo lo comparo con el electrocardiograma: cuando alguien muere se ve solo una línea plana, y se escucha un solo sonido; pero cuando alguien está vivo, el electrocardiograma hace diferentes diagramas, dando variación a lo que es el latido del corazón marca, y según se vaya acelerando o tranquilizando, el electrocardiograma tiene diversas formas. Así deben ser las narraciones: vivas, orgánicas, latentes, dinámicas). El arranque debe ser sorpresivo, pero controlado ( como destapar el sombrero de un mago ). Debe haber también un impulso del cuerpo. Puede ser un paso adelante, o solamente el impulso del cuerpo o la cabeza, puesto que se tiene que marcar el inicio con voz, con gesto y con movimiento, ya que estamos abriendo la puerta para que los personajes salgan, les damos permiso que se mezclen con todo el público, y en el momento que queramos que vengan solamente hay que llamarlos.

6. Iniciaste el cuento, no hay vuelta de hoja. Llévalo de tu mano hasta que lo termines, no permitas que nada te interrumpa. Tienes los dialogantes (es decir, diferencia la voz del narrador a la de los dialogantes). Camina en el escenario usando las divisiones en el escenario (es decir, arriba del escenario, abajo del escenario, lateral derecho, lateral izquierdo). Usa la locomoción, eleva tu voz según te marque el cuento, camina hasta el proscenio. Recuerda no agitarte, que tus diálogos salgan seguros, claros. Reinventa el cuento, sin olvidar nombres de los personajes y lo que tienen que hacer. Haz que el malo sea muy malo, y el bueno muy bueno. Usa los contraste y las comparaciones, exagerando algunos adjetivos. Por ejemplo, --era tan grande como la torre Eiffel--, --era tan bella que le dolía la cara--. Debemos marcar la posición de los personajes en el escenario, esto te obligará a moverte en escena. Maneja tu voz, impóstala, y trasmuta los personajes. Diviértete, finalmente escogiste este cuento porque te fascina.

7. Haz presente lo que dices. A esto yo lo llamo hacer bulto , que quiere decir que hagamos presentes las cosas que decimos. Por ejemplo, si decimos: --Ahí vienen los pájaros--, debemos hacerlos presente. Señala de dónde vienen, a dónde aterrizan. Y hacer que los niños los vean. Deja que tu voz guíe tus manos.

8. La pausa, lentitud, paciencia, tardanza: Es así como definimos a la grandiosa --pausa--, la cual nos permite hacer varios juegos dentro de la dramatización del cuento. Este es otro gancho. ¿Y cómo reconocer las pausas? Muy sencillo. A continuación mencionaremos algunos ejemplos: los --entonces--, los --y después--, los --peros--, los --de repentes--, los --cuando de pronto--. Y donde quieras que haya pausas, si a estas pausas le añades una mirada pícara, o de miedo, y te detienes un momento viendo al público sin perder el personaje, ( a esto yo lo llamo fotografía: te congelas un instante, el público disfruta mucho esto ) enriqueces la intención. Por ejemplo: ----el rey estaba sentado en su trono, de pronto---- (Pausa, gesto, mirada en 3 direcciones ) ----se levantó---- ( fotografía ) ----caminó---- ( locomoción, yo le llamo locomoción al desplazamiento que hacemos en el escenario, y puede ser locomoción alta, para representar a Reyes, a altivos; o para ver al público de arriba hacia abajo, existe la locomoción media que puede ser para viejitas, para simular caminar despacito o para decir un secreto; la locomoción baja que es la locomoción en el piso, simulando dormir, o un animalito o una serpiente ) ----abrió la ventana---- ( bulto, haciendo presente la ventana y el movimiento de abrir, el bulto ) ----y de pronto---- ( pausa, gesto esto acciona suspenso y es un gancho de atención, disfrutemos las caritas de los niños antes de dar la conclusión ) ----se dio cuenta que su pueblo bailaba y cantaba. Después de mirarlos un rato, decidió bajar y bailar con ellos.--

9. --El dos de tres--, es prácticamente un límite. Muchos me dicen que si pueden lanzar preguntas a los niños mientras cuentan el cuento. Yo les digo que sí, es un gancho más para retomar la atención de los distraídos. Pero no podemos lanzar más de 3 preguntas, porque caeríamos en un cuento lleno de preguntas, y a esto se concluye el desorden del grupo. Por otro lado, si lanzamos la pregunta al grupo, veremos una multitud de manitas dispuestas a contestar. ¿Qué harás? Bueno, escoges un niño, escuchas su respuesta, después puedes escuchar la respuesta de otro, y hasta ahí. Porque tú responderás la última pregunta, en dado caso de que los otros dos niños no la hayan contestado. Es decir, preguntas a dos, y tú rompes. A esto yo lo llamo dos de tres . Si los niños siguen tratando de participar, entonces te diriges a ellos y, con un gesto amable, dando flecha al público, sigues contando el cuento. Si es mucho el alboroto usa el gesto para mantener el control.

10. El gesto es fundamental. No se concibe ver un narrador con gesto plano. Despierta sensaciones. Haz que los niños imaginen. Disfruta su silencio y aprovéchalo.

11. Fluye en el escenario. Usa los laterales. Lanza la flecha a la primera fila, a la fila de en medio, a la última fila, a los laterales. Frente, medio y fondo.

12. Lleva tu cuento a buen término. Concluye con la frase de salida, si es que es un cuento para niños. Si es para adultos marca bien el final. Que se distinga que ya terminaste, y al final haz cortina, es decir, flexiónate para agradecer. Levántate y disfruta los aplausos con una sonrisa agradable, relajada y agradecida. Después, sal.

 

En cuanto a las ayudas visuales

En el 86 yo llegué como misionera, con un grupo de hermanos, a la ciudad donde vivo. El propósito era servir a la comunidad, atraer a los niños a los servicios, y por supuesto que se acercaran a Dios. La mayoría de misioneros estaban enfocados en la gente adulta. A mí me preocupaban los infantes, me preocupaba que los niños no vinieran a los servicios dominicales, pero más aún me preocupaba que se aburrieran.

Semana tras semana tenía que preparar una historia diferente, que fuera divertida y que además impactara el mensaje que daba. Mi preocupación accionó a mi creatividad. Casi sin darme cuenta empecé a crear servicios dominicales con títeres para niños, con juegos. Hacíamos un avance programático, el cual tenía actividades desde historias con máscaras y cuentacuentos, hacíamos artesanías, juegos y canciones. A mí me gustaba que los niños desearan llegar a los servicios para entrar a la escuelita dominical. Por eso contábamos historias que fueran muy vistosas, para que los niños retuvieran en su mente la imagen y el texto. Así que nos apoyábamos en varias ayudas visuales para contar las historias. Y con el propósito de atraer a más seguidores, nos presentábamos en plazas, en parques, en diferentes iglesias, y demás. Así hasta que llegamos a los centros culturales. Y gran parte de esta fama se debe a las puestas en escena, con historias como --El arca de Noé--, --Jonás--, --José y sus sueños--, --El hijo pródigo--, --El Padre Abraham--, --La Fábula de los talentos--, y demás. Estas historias eran representadas por una sola misionera/o, la cual tenía un porcentaje de 80% narración y 20% ayudas visuales.

Teníamos que representarla en un tiempo más o menos de 60 minutos, iniciando con un canto, preparando nuestra mini participación con las ayudas visuales, terminando con el versículo y el canto. Después pasábamos a la manualidad, luego al juego, y por último el almuerzo. Eran mañanas verdaderamente divertidas para los niños. Ellos no sentían el tiempo, pero bueno les comparto algunas de las ayudas visuales:

 

  • El franelógrafo.
  • La caja imantada.
  • La caja de arena.
  • Los títeres de palito.
  • El libro sin palabras.
  • Los títeres de cono.
  • Los titeritos sicilianos.
  • El morralito del ocelote.
  • La doble mascara.
  • La canasta.
  • Los guiñoles.
  • Los libros.
  • Historia en cuadros hecho Libro.
  • El mismo pizarrón.
  • El rodillo de TV.
  • La caja sorpresa.
  • Las tarjetas.
  • El códice.
  • El teatro de sombras.
  • La caja de pandora.
  • El pergamino.
 
Cada uno tiene su manera de trabajarse y su técnica. Me referiré a los más usados por mí, como es el franelógrafo, títeres sicilianos, y la Historia en cuadros hecho libro.

Para usar las ayudas requerimos de un mayor ensayo. Se necesita un mayor tiempo para familiarizarse con cualquier ayuda visual que utilicemos, con el propósito de tener un espectáculo completo en cuanto ayudas visuales. Por ejemplo:

1. Si hacemos títeres, si usamos el franelógrafo, si usamos los titeritos sicilianos, si usamos las sombras chinas: crearemos a los personajes; y el narrador, que en este caso somos nosotros, será el animador de todas estas ayudas.

2. El franelógrafo. Se usa una franela, de más o menos 1 metro cuadrado. Dibujaremos paisajes usando gises. Posteriormente se sella con espray para pelo. Ya seco, se grapa sobre un cartón duro o madera que le sirva como soporte. Esta debe estar ligeramente inclinada. Posteriormente se hacen los personajes en cartón, generalmente en perfiles para que puedan dialogar entre ellos. En la espalda se les pega un pedazo de lija o un pedazo de velcro. Este pedazo de velcro o lija permite que se adhiera a la franela. El narrador tiene que ordenar las figuras de acuerdo a la aparición de los personajes. Y recordemos cada vez que queramos hacer los dialogantes, ver las figuras. Esto es para darle un reflejo al personaje y reafirmar la intención al hacerlos hablar. Recordemos las reglas del contraste: el paisaje que usted dibuje en la franela tiene que ser un poco más pálido que las figuras que van a traer la lija. Recuerde: 80% Narración, 20% ayudas visuales.

3. Titeritos sicilianos. Estos titeritos son muy sencillos, porque son un péndulo con carita, manitas y patitas. Les damos cierta caracterización con pedazos de tela y algo de pelo. Necesitaremos una mesita para reposar ahí los titeritos, una pared pequeña de madera con agujeritos para poder reposar lo titeritos, y por supuesto bien ensayada la puesta en escena. Recuerde: la base para usar los personajes como ayudas visuales es no abandonar el títere o ayuda cuando dialoguemos, haciendo flecha hacia ellos. Como referencia para ver este ejemplo, ir a youtube --Babayaga Gelos Giles--.

4. La historia en cuadro. Es un libro, un libro grande. La manera de presentar esta ayuda es muy sencilla: el narrador irá mostrando las imágenes, y debe ir narrando la escena. De vez en cuando debe cerrar el libro y volverlo a abrir cuando le toque la siguiente imagen. Debe manejarse con tal maestría que el narrador no tiene permitido ver las imágenes, solo el público. También requiere ensayo.

5. El narrador que usa ayudas visuales necesita mayor concentración, ensayo, dedicación. Todo lo que decida elaborar como ayuda visual debe utilizarse como un apoyo a la narración, dando su justo respeto en el momento que deba utilizarlo.

 

Como narradora, podría seguir hablando, argumentando, escribiendo imaginando y no me alcanzarían las 5000 palabras de límite, pero termino diciendo que un narrador es un apasionado de las palabras, de la historia, de la sociedad, es un enamorado de la poesía, de la literatura, un curioso indagador de la vida, y un gran conversador.

Termino diciendo algunas palabras de optimismo que dicen así:

Si la vida me da limones, haré una limonada.

Si la vida me da libros, haré una buena contada.

Disfrutemos el narrar.

 

---

 

© Gelos Giles, México, 2010

Enviado por su autora, Gelos Giles, para la Red Internacional de Cuentacauentos.

Prohibida su reproducción, total o parcial, sin permiso de su autora, Gelos Giles.

Red Internacional de Cuentacuentos :: International Storytelling Network